martes, 4 de marzo de 2008

Del salvajismo ilustrado

Ganglioma opuscular, elige el tomo
de ritmos y raíces,
suave clinamen que la escolopendra
medía, magullada.

Ganglioma y maderamen, insistía
con roces y rechazos,
y esa cobija, irrenunciable, pulcra,
enceguecía el morbo.

Ganglioma del aroma navideño,
ganglioma reiterado,
su suerte mejoró.

Como si a Circe, industria alcanforera,
Bolocco reclinada,
le tocara mentir.

1 comentario:

  1. Ahora, Pablo, nuestras casitas se parecen. Ahora los dos vivimos en sonetos.

    Me gusta lo que estás haciendo, eso de sacar de quicio los cimientos. Un poco como el último Girondo, se me ocurre.

    Las
    pal
    abras
    se
    abren

    Un abrazo.

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