Ya va llegando, es poco
eso que falta -un día, dos-, y nueva-
mente una luna llena,
casi redonda, esdrújula, y del llano:
fin de semana en trance
para sonidos, noche. Tu ternura.
Y una mujer, Juliana,
y una mujer, Julieta. Así, mi mate,
a cuatro de la siesta,
a cuatro de esperar: cuatro flojeras
llamadas miembros, ex-
tensiones, cuatro cuajos que despliego:
aún y por demás.
Norma de alcance, voces, estropicio
convulsionando, y más;
y escucho danza, y danzo los sonidos
-de entre tus manos tomo
la moneda, el aljibe, el arroyuelo
de un año más; de un año
de la laetitia fragans: meros rasgos
que acercan y que arrojan
otro palor- del que se ardió en el Yuspe:
verdura de otra Esfinge
que reposa y se pliega para menos
exasperar. Y pausa.
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