viernes, 25 de julio de 2008

Llamaradas por lo bajo

Usará musculosa
en el verano, y lucirá su piel,
cobriza y sana, para todos. Chica
que anda entre libros, chica de lunar
sobre la boca. No ha de suceder
nada con ella, y la deseo, y caigo,
y contemplar es fuente de poemas,
y la memoria ejerce su cartel.

martes, 22 de julio de 2008

El Anti-Mara

Percibo como lengua
su cuerpo voluptuoso pero magro,
y escucho respirar
su perentoria voz que dictamina,
teclado de por medio,
gustos, sentidos, ritmos y valores,
y no la dejo hacer,
sino que opongo ideas y disfraces
a su ignorancia, que,
por terca adoración a lo admirado
por sus mentores, no oye
otra opinión. Lo triste es que en el chat
todas las monas pueden
pintar la fuente, darle otro tamaño,
gritar según parámetros,
parapetarse en el insulto, huir
y hacer como si nada
al otro día. Interacción salvaje:
tenemos nuestros blogs,
efímeros, banales, misceláneos,
pero ella cree que nadie
puede tocarle el culo. Pobre mina
que publica palabras
que ni siquiera sabe defender.

lunes, 21 de julio de 2008

Desquicios

Arde la pava. El fuego,
celeste, poderoso, se oye
desde esta silla. Un tango viejo,
la vieja grabación de un tango viejo,
y amanecer: la pieza,
con cosas de otra edad. Porque es así:
la pava azul, con años, con herrumbres
predestinadas a museo, a ser
maceta hippie... Herencia de mi abuela,
ya de no ser. Mi abuela,
la del tazón de loza que te hacía
sudar. El desayuno,
ahora, es mate, es desayuno
gaucho y amargo. Ese tazón
más cabedor que palangana,
admiración campera, ¿dónde está?
Algo ha partido, Amanda,
las cosas se han corrido, escucho tangos,
barranca con esquinas y edificios, oigo voces,
oigo versiones, oigo
otra acuarela donde se bailó.

jueves, 17 de julio de 2008

1º de setiembre

Se mueven las cortinas. Destemplado,
con un pulóver heredado, dócil,
querido por demás. (Bien que vendría
desahogar su herencia transparente,
darla a los chicos.) Chica que te amó
-usemos ese verbo-, contemplabas
arañas y su tela en la pared,
especulando. Tiempos que se fueron,
chica que ahora ves en los asados,
quedó el disfraz, y música no enferma.

miércoles, 16 de julio de 2008

Boceto distendido

La noche, en calma. Suena
música fácil, música de goce
sencillo: el traducible.

El cuerpo, neutro. Gripe que descansa
tibiamente en la carne. Dolorida
cabeza, resentida; enfermedad
que pide calma y liviandad, y nada
de razonar enrevesado.

Descanso en la quietud, departamento
que me separa del
tumulto y las noticias. En las calles
relucen hembras, como siempre; y más.

domingo, 13 de julio de 2008

[s/t]

He escrito ciego, nuevamente. El vórtice
de otro ciclón que pasa. Devaneos
el disponer palabras como almíbar
que no respira, que se espesa. Ajeno,
traza el reloj de arena en la espiral
el año nuevo: huellas desprovistas
ya de interés. El sol, tras la cortina.

martes, 8 de julio de 2008

Viejo que duerme

Toqué a la puerta. El humo
del mediodía hacía de la brisa
algo más que tibieza,
algo menos que invierno corroído.

Entré. Junto a la mesa,
caída la cabeza sobre el pecho,
dormía el viejo. Entonces
despertó, y se volvió: muy lentamente.

Y una sonrisa incrédula,
la de quien ha soñado con el tiempo
y se encontró con sombras,
me dirigió, cansado, juvenil.

Y nada más. El viejo
habló para olvidar esos embrujos.
Y hablé, y otra vez fuimos
una arena fortuita y desgraciada.

martes, 1 de julio de 2008

Boeuf à l'eau

Melatonina, increpa, toso, el dromedario,
como caída sed, y viajan, subterfugio, anota
datos del siempre en ritmas, rictus
de ingratitud, incógnita sentida, Miraflores
que miré y practiqué, luz o medalla, insignias
del infortunio o liendres,
como que sinrazón es menos, la desmadrada adrede, y temblorosa.

Mate violeta, de ultra, visillos concentrados
y vicios desmedidos, ritma, fiel la notebook
que junta escupirá su fuente, singladuras
atardecidas, sol de los apaches, tremolados
esos piecitos, viejo que resbala conteniendo, o trucos
de aljibe y hontanar, amor hacia cenizas, hojas
rayadas, escarbadas y ahogadas, alejamiento
de su sinsonte o rapto, ardió, melones jibaristas, arcos
que tu cencerro muerde, huida, vaho o síntoma
para los colapsados, mirto, heridas que a los rubios
de la lechuga acunan, termo, sal y Lizarazu
en medio la frontera de esperar, resuena el torpe,
caverna de latón, el occipucio es vientre, su vejamen,
el oxitracio es arma de latón en ristre,
cruje la ojota, pala,
medida como mal.

Acabarás así, en la zanja que en Persépolis recoge
a aceites, lapsus, remos,
cualquier reconvención narrable.

En ritmas, en tu fuel organizado en andas, caripela,
los cejijuntos, neutra la galaxia, impiden,
melatonina, lienzos, los ladrillos
de perjurar, arados y ganados, misas, ítems,
y la estación forzada, desarraigo inmaculado, remiseros,
acampará la Luna con vicios y visillos, y la sed,
y todos los reproches vanidosos, aro
para los tigres y para las ratas.