Tabaco, lentitud. Ya se agotó
eso que decidía
el rumbo de la brisa, tragaluz
que se me va. Diluyo
el pasadizo y la pared en forma
de oraciones romanas.
Qué nimia lentitud, qué repetido
tabaco. No pensar.
Volver a la pobreza. Medianía
mi corazón, y calle.
(Pozo que se secó o que, simplemente,
no era para mis labios.)
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