sábado, 6 de junio de 2009

100

tan sólo estando así contigo
yo veo mi elemento
veo en el silencio

Así, el estilo, retorciéndose
durante la cruenta soledad,
abría escamas acres,
que pronto se pudrían. Por las noches
me desmayaba al toque: seco,
dispuesto a olvidar todo, o a anularme.

Ahora naufragamos y nos hundimos suaves
en una inmejorable tibieza, cada día
trechos y trechos para besar
una distancia
en la que no nos sosegamos, y arderíamos
-por fin la voz-. Dulzor
de todo esto es nuevo o de todo esto pasará,
y ya me apagaré,
y ya retornará el estilo. No querer
sino decir pavadas, ronco,
higo que pende.

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