martes, 16 de junio de 2009

El tren y la mujer que llena el cielo

Ahora, como un verbo que se desprende de
un magnolio paciente que espera y no reclama,
la luna se sulfura de dientes y de limas
y pace sin prejuicios la noche y las estrellas.

Y las alas barrocas de una palmera antigua
que cobija meandros y finge en la verdura
se desprenden, humanas como sus cuatro muslos,
y caen sin aviso, llamarada inconclusa.

Tus senos como dardos de miel pacificada
y tu estima perfecta, falleba y profecía,
me dejaron en una serenidad inmóvil
de tiempos y palabras, y la noche perdura.

Mujer, inmenso cielo depositado ahora,
y ahora que es ventana a tu estación violeta,
mi lento movimiento es quererte sin pausas
y fijar una música en el friso del siempre.

6 comentarios:

  1. sabes tu poesía es un deleite para los sentidos...
    felicitaciones

    ResponderBorrar
  2. Esa criarura extraña misteriosa y profetica madre de lo susurrado cuando la tirra era joven
    vision poetica de entidades abstractas,simples
    como tu mujer que llenas el cielo...
    Roberto.

    ResponderBorrar
  3. Gracias, Roberto. Saludos desde Córdoba.

    Pablo.-

    ResponderBorrar
  4. meu blog voltou com tudo acompanhe durante a semana noticiário cultural. Espero que goste. Me siga. Abraços boa semana.

    informativofolhetimcultural.blogspot.com

    Magno Oliveira
    Folhetim Cultural

    ResponderBorrar
  5. cuando se juntan palabras, cuando se esculpe con vision, cuando se piensa como nadie, eso es arte y creo que lo tienes
    saludos

    http://dalecalor.blogspot.com

    ResponderBorrar