Ahora, como un verbo que se desprende de
un magnolio paciente que espera y no reclama,
la luna se sulfura de dientes y de limas
y pace sin prejuicios la noche y las estrellas.
Y las alas barrocas de una palmera antigua
que cobija meandros y finge en la verdura
se desprenden, humanas como sus cuatro muslos,
y caen sin aviso, llamarada inconclusa.
Tus senos como dardos de miel pacificada
y tu estima perfecta, falleba y profecía,
me dejaron en una serenidad inmóvil
de tiempos y palabras, y la noche perdura.
Mujer, inmenso cielo depositado ahora,
y ahora que es ventana a tu estación violeta,
mi lento movimiento es quererte sin pausas
y fijar una música en el friso del siempre.
sabes tu poesía es un deleite para los sentidos...
ResponderBorrarfelicitaciones
Muchas gracias, Mónica. :-)
ResponderBorrarEsa criarura extraña misteriosa y profetica madre de lo susurrado cuando la tirra era joven
ResponderBorrarvision poetica de entidades abstractas,simples
como tu mujer que llenas el cielo...
Roberto.
Gracias, Roberto. Saludos desde Córdoba.
ResponderBorrarPablo.-
meu blog voltou com tudo acompanhe durante a semana noticiário cultural. Espero que goste. Me siga. Abraços boa semana.
ResponderBorrarinformativofolhetimcultural.blogspot.com
Magno Oliveira
Folhetim Cultural
cuando se juntan palabras, cuando se esculpe con vision, cuando se piensa como nadie, eso es arte y creo que lo tienes
ResponderBorrarsaludos
http://dalecalor.blogspot.com