domingo, 2 de noviembre de 2008

Casamenteros

Sube la gata al cielo. Desesperas,
amiga mía, al verme
de nuevo, y tu mirada está encendida.
Respiras agitada,
retas al chico, vas con tu impaciencia
hacia los viejos, vuelves
y ríes cuando casan nuestras dotes.
Partes con la criatura,
sabiendo que te espero y no te busco,
que ya no soy incordio
y que te miro hacer. Gata tranquila,
me siente, y yo la siento.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario